UN SUSPIRO EN EL SILENCIO


Silencio y ansiedad agobian mi esperanza.
No será afortunada la espera sin calma,
ni será calma la espera sin aliento.
Si solo me dieras una palabra,
una sonrisa que enamore el alma
una mano amiga que me acoja al alba
y un dulce sonido que llegue a mi silencio.

Imagen de Internet.
Fra Rodolfo de Jesùs O.Carm

Comentarios

julia rubiera ha dicho que…
infinitas gracias sensible e insigne poeta por hacernos confidentes de tan bellas letras, un besin de esta amiga admiradora.
Hola Fra. Rodolfo:
No quisera yo turbar el silencio que expresas en tan bello Poema.
Mi marido siempre me hace callar.
Y soy muy habladora.
Pobre hombre tambien necesita su silencio.
Gracias Fra. Rodolfo tu me ha hecho reflexionar.
Un abrazo, Montserrat
Rosa Cáceres ha dicho que…
Esa noche oscura del alma, que decía san Juan de la Cruz, está en este poema.
Un saludo
Sil ha dicho que…
La esperanza no se agobia, justamente cuando hay una espera ansiada. El aliento se recibe con el alma y la sonrisa se observa en el sentir como nos enseñaste a todos desde "El sentir de tu alma". La mano amiga siempre está extendida, donde no solo te acoje en el alba sino también en tu anochecer. El dulce sonido que está en tu silencio, es justamente el que debes escuchar y verás que es mucho más intenso que el de la muchedumbre al caminar.
Bellísima entrada hermano de mi corazón.
Anónimo ha dicho que…
Me alegro muchísimo de haber entrado en tu blog. Es un placer leerte ya que nos acerca un poco más a una gran realidad tus palabras nos acencan a Cristo nuestro Padre Celestial. Muchas gracias.
Desde Jaén un abrazo y feliz semana
Rodolfo de Jesús Cuevas ha dicho que…
Bello poema, bello juego de palabras y muy bellos deseos, merecen su satisfacción. Gracias, hermano y tocayo querido, por compartir tan bellas letras con nosotros tus amigos.
¡Ah!, también es muy bella y apropiada la imagen que acompaña al poema...
Abrazos, fuertes, fraternos y sinceros, mi muy estimado Fra Rodolfo, mi tocayo del alma, Bendiciones, muchas.
Francisca Quintana Vega ha dicho que…
Sabe, fray Rodolfo?....un anochecer lluvioso, iba yo caminando, bajo mi paraguas. Por una serie de circunstancias, necesitaba mucho a mi madre...y, como alguien fuera de sus cabales, comencé a dirigirme a ella. Incluso llegué a pedirle que me diera una señal de que su espíritu existía cerca de mí. No sé si sería mi necesidad y un exceso de credibilidad, pero una hoja seca se empeñó en revolotear junto a mis piernas y pegarse a mis pantalones. Y yo sentí que no iba caminando sola.
La esperanza del humano...no es algo inamovible ni intocable, tiene sus momentos...como la fe.La vida es hermosa, pero tiene momentos duros muchas veces.
Pero todo vuelve a su cauce. Dios se encarga de ello.
Este poema es muy natural, muy humano. Mis saludos.
Claudia ha dicho que…
Un gusto como siempre poder pasar y leerte en cada entrada que publicas.
Saludos Rodolfo y buena semana.
Sor.Cecilia Codina Masachs ha dicho que…
Hola Fray Rodolfo:
Que no se agobie tu espera con el silencio y la ansiedad, ambas son malas compañeras para llegar a ser un alma gobernada por la esperanza de hallar lo que se ama.
Bellas letras.en tan corto e intenso poema
Sor.Cecilia
Saludos a todas y todos.

Mil gracias por sus comentarios y gracias por estàr sempre presente en cada momento de la vida.

Un fuerte abrazo y Dios les bendiga siempre.

Fra Rodolfo de Jesùs O.Carm
Anónimo ha dicho que…
En el silencio del alma se sabora el sonido silvestre del canto y silbido de los pájaros...





Gracias muchas.

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